
¡Hijo querido!
De corazón te agradezco el “beso telegráfico” que me enviaste y, respecto a los exámenes, tengo que decirte que debes tener fe en el Sagrado Corazón de Jesús que ciertamente no nos abandonará, tanto más que por medio de dos novenas que estoy haciendo, obtendremos de Él la de Nuestra Señora de la Concepción y de San Antonio. Dile a Pinho que estas novenas son también hechas en su intención, y que espero en Dios que seáis ambos felicísimos.
Quise escribirte ayer, pero las visitas y complicaciones de toda suerte me impidieron hacerlo. La mesa de la salita estuvo ayer triste sin ti y sin Pinho. Rei y Marcos hicieron un examen escrito ayer y ya saben que tendrán buenas notas. ¡Felizmente!
El profesor de Rosée la retuvo ayer tres horas tocando el piano, y me dio pena porque estaba extenuada al final de la lección. ¿Por qué no me has escrito todavía? ¡Desde que amanece estoy esperando una carta tuya!…
Me olvidé de poner en tu maleta las tijeritas y el limpiador de uñas. Mira a ver si necesitas alguna cosa y un poco más de dinero para que te lo envíe todo junto.
Le pido a Dios que podamos pasar juntos, alegres y felices el bonito día trece (cumpleaños de Plinio).Ten cuidado con tu salud.
¿Continúas estudiando mucho? ¿Ya has hecho una visita a Sinhazinha y Joaquim? Acuérdate también de Mariano.
Con un afectuoso abrazo al querido Pinho, te bendigo y beso mucho y mucho, tu madre extremosa,
Lucilia