Desempleado, pero no abandonado

Por una feliz coincidencia, la convocatoria estaba prevista para el día 21 de abril, fecha de la partida de Dña. Lucilia al Cielo. 

 Elizabete Fátima Talarico Astorino

 

Tarcisio Mattos, cooperador de los Heraldos del Evangelio de Río de Janeiro, fue escuchado prontamente en un momento de dificultad por el que pasó hace cierto tiempo.

Tarcisio Mattos con la biografía de Dña. Lucilia escrita por el fundador de los Heraldos, Mons. João Scognamiglio Clá Dias

Padre de familia y desempleado, se inscribió en unas oposiciones para el cargo de ingeniero en el Ayuntamiento de San Bernardo del Campo, Brasil. Sin embargo, sabía muy bien cuán exiguas eran las posibilidades de salir vencedor en una disputa con muchos otros candidatos cualificados.

Por una feliz coincidencia, la convocatoria estaba prevista para el día 21 de abril, fecha de la partida de Dña. Lucilia al Cielo. «Entonces, antes del examen le pedí que me ayudara, ya que me encontraba en una difícil situación. Días después recibí la comunicación de que había obtenido el primer puesto entre sesenta candidatos».

Muy agradecido, añade Tarcisio: «Mi devoción a Dña. Lucilia viene de lejos, pues era yo discípulo del Dr. Plinio y tenía noción de que Dios la había puesto como madre de nuestra “familia espiritual”, de modo que estaba seguro de que ella me ayudaría, de una forma u otra. De hecho, en el Evangelio leemos que Dios siempre nos exige la fe. No tengo ninguna duda de que los efectos de su intercesión continúan en mi vida».

Tiempo después, compuso una música en honor de Dña. Lucilia en señal de agradecimiento. 

(Extraído de Revista Heraldos del Evangelio, agosto 2023)

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