Una petición inmediatamente atendida

Esto me dejó muy triste, muy preocupado. Mi padre ya tiene setenta y cuatro años y, a pesar de ser un hombre activo, estaba con la salud debilitada a causa de otros problemas.

Elizabete Fátima Talarico Astorino

Sergio Matías, miembro consagrado de la comunidad católica Fanuel – Rosto de Deus y coordinador de la presencia misionera de dicha institución en la archidiócesis de São Paulo, preocupado con el estado de salud de su padre, decidió pedir el auxilio de Dña. Lucilia y fue atendido enseguida:

«Hacía unos quince días que mi padre venía sufriendo un problema en la garganta, como si fuera un bulto o hinchazón, algo que le impedía hasta respirar correctamente, pues acusaba falta de aire. Ya lo había llevado al médico y le había diagnosticado faringitis y recetado un medicamento. El tiempo fue pasando y ese cuadro no mejoraba. El 22 de abril de este año, mi madre me llamó por teléfono para decirme que mi hermano se lo había llevado al hospital porque había empeorado. Inmediatamente me puse en contacto con mi hermano —aún estaba en el hospital con mi padre—, y me dijo que la médica que lo había examinado pidió una tomografía, porque sospechaba que hubiera un tumor en la zona de la tráquea.

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Sergio Matías, consagrado de la Comunidad Fanuel – Rosto de Deus

«Esto me dejó muy triste, muy preocupado. Mi padre ya tiene setenta y cuatro años y, a pesar de ser un hombre activo, estaba con la salud debilitada a causa de otros problemas. Entré en contacto con el fundador de nuestra comunidad, Sandro Peres, por medio de WhatsApp, y compartí con él lo que estaba ocurriendo. Le pedí su intercesión, sus oraciones en aquel momento. Él me dijo: “Mira, hoy los Heraldos celebran el aniversario del natalicio de Dña. Lucilia; pídele su intercesión ante una fotografía suya”. Entré en la página web de los Heraldos del Evangelio y allí había una fotografía de Dña. Lucilia. Y exactamente al mediodía, horario de Brasilia, me puse ante la imagen y pedí que aquella valerosa señora, de gran testimonio cristiano y que con certeza estaba en la gloria de Dios, pudiera interceder a favor de la salud de mi padre y que, al salir el resultado de la tomografía, no hubiera nada. Esta fue mi petición: que no tuviera absolutamente nada.

«Después de esa oración, fui hasta el hospital y esperé allí el resultado de la tomografía, que salió alrededor de las 17 h. La médica me dijo: “Mire, su padre no tiene nada. Ni en los pulmones, mucho menos en la zona de la tráquea. Eso pudo ser algo sencillo, de origen estomacal”. Y ese mismo día mi padre regresó a casa».

Por la intercesión de Dña. Lucilia obtuve esa gracia

Agradecido por el favor recibido Sergio Matías añade:

«Digo esto porque tenemos fe, la fe que recibimos de la Iglesia, la fe en los santos de la Iglesia, en aquellos que fueron elevados a los altares, pero también en aquellos que en vida realizaron una gran obra por el Evangelio y murieron en estado de santidad. Estas personas con certeza están junto a Dios y ellas también tienen un gran poder de intercesión.

«Por eso creo que, por la intercesión de Dña. Lucilia, el 22 de abril mi padre fue tocado y lo que había en él ya no existe, porque Dios, por su infinita misericordia y en nombre de Jesús, realizó una obra en la vida de mi padre. Todavía están pendientes algunas pruebas, pero sé que por la intercesión de los santos —y ahora para mí, de forma muy particular, por la intercesión de Doña Lucilia— nada le pasará a mi padre.

«Quiero agradecer a todos los que compartieron conmigo esa moción, a nuestro fundador, que es devoto de muchos santos, que ama la obra del Dr. Plinio Corrêa de Oliveira y que me aconsejó a recurrir a esta venerable señora, que murió en olor de santidad y está en la gloria de Dios, porque por su intercesión obtuve esa gracia».

(Extraído de Revista Heraldos del Evangelio, mayo 2020)

2 comentarios en “Una petición inmediatamente atendida

    • Muy estimada Nancy, un gusto saludarle y desearla abundantes gracias y bendiciones. Rece mucho al Sagrado Corazón de Jesús, pero por intermedio de Doña Lucilia, que fue una gran devota de Él. Pida mucho y con mucha perseverancia y confianza. Doña Lucilia no la va abandonar.

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