Súplica de un corazón necesitado

Desperté en torno a las nueve de la mañana y recibí una llamada de mi tío

 

Elizabete Fátima Talarico Astorino

 

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Súplica de un corazón necesitado

Amauri Valentín, de Vila Velha, tras conocer la historia de Dña. Lucilia, recurrió a su intercesión y logró en poco tiempo la gracia que desde hacía unos años esperaba alcanzar:

«Mi familia estaba pasando por un momento delicado por una cuestión de herencia. Estaba habiendo mucha discusión y teníamos que tomar una decisión importante, pero había miembros de la familia en desacuerdo con el paso que debíamos dar. Aquella noche recé el Rosario pidiéndole a Dña. Lucilia su intercesión.

«El mismo día que la conocí, traté de conversar con ella en mi pensamiento: “Usted, que es madre, que es mujer también, entre en el corazón de mis tías, que son mujeres, entiéndase con ellas y obténganos esa gracia”. Entonces me dormí…

«Desperté en torno a las nueve de la mañana y recibí una llamada de mi tío que me decía que mis dos tías habían aceptado dar el paso para que solucionáramos ese problema que mi familia venía sufriendo desde hacía tres o cuatro años.

«Con una oración del Rosario, con la devoción a Dña. Lucilia, conseguí esa gracia. Fue una petición de corazón, de un necesitado, y la recibí. Desde entonces estoy apasionado, tanto por ella como por Plinio».

(Extraído de Revista Heraldos del Evangelio, mayo 2020)

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