Sucesión de pruebas y enfermedades

En el 2019 me enfermaba constantemente y me realicé varios estudios con un ginecólogo, una nutricionista, un médico ortomolecular, un gastroenterólogo y un endocrinólogo.

 Elizabete Fátima Talarico Astorino

Es conmovedor el testimonio que Patricia Carolina Ríos Furlotti nos envía, también desde Paraguay, deseando sinceramente que su declaración pueda servir para aumentar la fe de las personas en la maternal intercesión de Dña. Lucilia.

Patricia Furlotti y su esposo, Marcos Rafael Rivelli

Casada hace dieciséis años con Marcos Rafael Rivelli Barbosa, Patricia aún no tiene hijos y padece varias enfermedades, que comenzaron poco después de su matrimonio y empeoraron con el tiempo. Ambos son fervientes cooperadores de los Heraldos del Evangelio, conocieron la devoción a Dña. Lucilia y a ella se encomendaron en diversas dificultades, recibiendo continuamente sus favores y protección. Sin embargo, en una de las mayores pruebas por las cuales pasaron, su intervención sobrenatural se hizo más palpable para los dos.

Escribe Patricia«En el 2019 me enfermaba constantemente y me realicé varios estudios con un ginecólogo, una nutricionista, un médico ortomolecular, un gastroenterólogo y un endocrinólogo. El ginecólogo me diagnosticó endometriosis que alcanzó a ubicarse en los ovarios, generando endometriomas; el gastroenterólogo detectó gastritis y esofagitis; y la nutricionista, una intolerancia a veinte alimentos principales».

Deseando evitar el tratamiento sugerido por el ginecólogo, ya que perdería para siempre la posibilidad de ser madre, Patricia optó por esperar un milagro, cuidándose tan sólo con vitaminas y sales minerales, además de la dieta alimentaria. Con el tiempo, la progresión de la endometriosis pareció detenerse, pero continuaba produciendo terribles dolores y varios síntomas que la imposibilitaban realizar normalmente sus actividades. En noviembre de 2022, sintiéndose muy mal y casi sin poder caminar por el dolor, consultó a un especialista, que solicitó una resonancia magnética.

Narra Patricia: «Luego de verificar el resultado, el doctor me dijo que ambos ovarios, que ya estaban con quisteshabían aumentado considerablemente, en especial uno de ellos. También apareció un mioma en el útero, que causaba dolor y ocupaba el espacio del útero. Por los dolores le dije que, por favor, me operase, pues no iba a aguantar más tiempo sólo con remedios».

«No te voy a operar»

En esa situación de sufrimientos, perplejidades y pruebas, el sacerdote responsable de los cooperadores heraldos de Paraguay invitó a Patricia a formar parte del coro que se estaba constituyendo. Le respondió que le encantaría participar, pero… dependía de una mejoría en su tan precario estado de salud. Continúa ella: «Entonces el padre, muy caritativo y con toda fe, me dijo que me encomendara a Dña. Lucilia, que hiciera un “contrato” con ella, para que me curara y, así, poder participar en las actividades de apostolado».

Animada con este consejo, Patricia y su familia empezaron a rezar la Novena irresistible al Sagrado Corazón de Jesús tomando a Dña. Lucilia como intercesora, pues en vida había sido gran devota de Él. Además de rezar esta oración, Patricia había conservado una pequeña almohada con pétalos de rosas retirados de la tumba de Dña. Lucilia y un recuerdo de ella.

Así preparada, fue al consultorio el día anterior a la operación, a fin de someterse a un análisis previo. Para sorpresa suya, le dijo el médico justo después de examinar el resultado de la prueba: «No te voy a operar». Así lo recuerda Patricia: «Le pregunté serena: “¿Por qué, doctor?”. Él me respondió: “El quiste, ese tan grande, desapareció”. Le dije: “¿Y el otro, doctor?”. Contestó: “Tampoco está”. Y añadió: “¿Para qué te voy a operar si no hay nada?”».

Patricia entonces exclamó: «¡Ah, es que tengo una santa que se llama Lucilia!». Y me dijo en broma: «¡Esa señora no me conviene, pues me quita todo mi trabajo!».

Con júbilo y gratitud, Patricia termina su relato: «Ese día fue un sábado, 21 de enero de 2023. ¡Un 21!, es decir, el día del mes en que Dña. Lucilia partió a la eternidad. Es como que su firma. ¡Bendito sea Dios en el Sagrado Corazón de Jesús y de María, en sus ángeles y santos, y especialmente en su hija predilecta Dña. Lucilia!». 

 

(Extraído de Revista Heraldos del Evangelio, junio 2023)

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