Aflicción de una madre en busca de su hijo

Finalmente, sobre las diez de la noche, uno de los amigos que habían salido con él atendió la llamada. «¿Dónde está Igor?», preguntó ella. Y recibió la preocupante respuesta de que su hijo no se sentía bien y que por eso se había quedado en el sitio del espectáculo.

 Elizabete Fátima Talarico Astorino

 

María de Lourdes Cunha reside en Mairiporã (Brasil), frecuenta asiduamente una de las capillas que están a cargo de los Heraldos del Evangelio en la región y es una gran devota de Dña. Lucilia. Al oír numerosas narraciones de gracias obtenidas por su intermedio, se sintió animada a enviarnos el relato de un favor alcanzado por intercesión de esta tan solícita madre, aunque el episodio ocurriera unos años atrás.

Cuenta que su hijo Igor, por entonces con 16 años, le pidió permiso para ir con unos amigos a un espectáculo que tendría lugar en el centro de São Paulo. Prometió regresar antes del anochecer. Como su hijo era muy cumplidor de la palabra dada, Lourdes se extrañó profundamente cuando oscureció y no había aparecido. Intentó numerosas veces localizarlo en el móvil, todas en vano.

Finalmente, sobre las diez de la noche, uno de los amigos que habían salido con él atendió la llamada. «¿Dónde está Igor?», preguntó ella. Y recibió la preocupante respuesta de que su hijo no se sentía bien y que por eso se había quedado en el sitio del espectáculo. Llena de angustia, Lourdes quiso saber qué había pasado, pero el supuesto amigo de su hijo, como única respuesta, apagó el móvil. «Llamaba de nuevo y ya no atendía nadie. Me desesperé».

Lourdes con una fotografía de Dña. Lucilia

Entonces decidió pedirle ayuda a una de sus hermanas. Ella se ofreció a ir con su marido en busca del joven a la ciudad de São Paulo. Sin embargo, ya era media noche cuando consiguieron llegar al local del espectáculo y sólo pudieron constatar que había terminado todo, el recinto ya estaba cerradoLo buscaron en el centro de emergencias más cercano; no estaba allí. Con gran pesar, le comunicaron a Lourdes que no habían encontrado a su hijo y que al día siguiente tendría que denunciar su desaparición a la Policía.

En los momentos de angustia, recurso a la oración

¡Imaginémonos la angustia de una madre en tales circunstancias! ¿Qué hizo Lourdes? Nos lo cuenta ella: «Cogí mi rosario, fui a la habitación de Igor, me arrodillé ante su cama y empecé a pedirle ayuda a Dña. Lucilia. Rezaba el rosario y le rogaba que no le pasara nada, que ella lo guardara donde él estuviera. A medida que iba pidiendo, me fui calmando. Cuando mi hermana llegó a su casa, alrededor de las dos y media de la madrugada, me llamó y me dijo: “¡Igor está aquí en mi casa!”».

¡Cómo debió condolerse el corazón de Dña. Lucilia al ver el tormento de Lourdes! Su auxilio, como buenísima madre, no podía hacerse esperar. Pero ¿qué había ocurrido realmente?

«No tengas miedo, estoy aquí contigo»

Al día siguiente, Lourdes interrogó a su hijo sobre los pormenores del incidente. Él tampoco sabía lo que había pasado. Probablemente sus compañeros le dieron alguna bebida que le hizo daño y se sentó en algún rincón para recuperarse del malestar que tenía, y sus «amigos» lo abandonaron allí.

Antes de perder el conocimiento, Igor vio que se le acercaba una mujer con la intención de ayudarlo y que le dijo con dulzura: «Igor, no tienes por qué asustarte, estoy aquí contigo». Y cogiéndole de las manos afirmó: «¡No tengas miedo, te pondrás bien!».

¿Quién era esa benemérita mujer? Igor no lo sabía. Pero Lourdes no tuvo la menor duda: como ella misma no podía ir en socorro de su hijo, Dña. Lucilia se encargó de ampararlo en aquella difícil situación.

Lourdes cuenta que a partir de ese momento «su hijo no vio nada más»; al parecer, alguien pasó por allí y lo llevó a urgencias, donde le dieron la medicación adecuada y se recuperó.

Agradecida, recuerda el episodio con emoción, porque Dña. Lucilia, que en la eternidad sigue siendo una eximia madre, atendió con presteza sus oraciones, tomando para sí el cuidado de su hijo.

(Extraído de Revista Heraldos del Evangelio, agosto2024)

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